-Te veo triste.- le dijo el rey.
Nehemías no podía ocultar lo que su corazón sentía. Le causaba mucho dolor ver a su pueblo destruido. Él sufría por ver a la ciudad de sus padres hecha escombros, y el rey para quien trabajaba lo notó.

La conversación entre Nehemías y el rey continuó con el relato de Nehemías de lo que estaba ocurriendo, y otra pregunta del rey: "¿Qué puedo hacer por ti?" ¡Qué maravilloso ofrecimiento! El rey, la máxima autoridad de toda una región le ofreció ayuda a su sirviente, porque supo apreciar que su corazón dolorido pertenecía a una persona íntegra, fiel, servicial y que estaba superada por la situación.
De la misma manera, nuestro Rey Jesús mira nuestro corazón y está dispuesto a ayudarnos con lo que nos está causando el pesar. El extiende su mano para permitirnos salir de nuestro estado de tristeza.
Es sabio ver lo que nuestro protagonista hizo: él aceptó la ayuda del rey y se dispuso a reconstruir lo que estaba deshecho. Sabía que contaba con el aval del rey, por eso, cuando los enemigos quisieron perturbarlo, les dijo:
—El Dios del cielo nos dará el éxito. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción, y ustedes no tienen parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalén.
Qué enseñanza nos deja?
- aceptar la ayuda del Rey
- poner manos a la obra sabiendo que El nos respalda
- no temer a los que dicen que nos irá mal
- y confiar que Dios nos dará el éxito porque somos sus siervos.
Créele a Dios, El puede ayudarte a reparar todo lo que parece terminado. Sólo tienes que derramar tu corazón ante Él, poner manos a la obra y confiar que El te dará los recursos y el éxito.
Texto de referencia: Nehemías capítulo 2, La Biblia
Pat MV