El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
—Santiago 1:8, rv60
Oremos:
Padre, no seré semejante a la onda del mar, arrastrada de aquí para allá por cualquier circunstancia que viene a mí. Confiaré en ti y no dudaré, porque quien duda no debe esperar recibir nada de ti. Espero recibir de ti, porque estoy firme en la fe, sabiendo que la Palabra que proclamo sobre mi vida no volverá vacía. Que mi nombre no esté asociado con la indecisión o la confusión. Estaré por fe equilibrada emocional, económica y espiritualmente. Cuando no sé qué hacer, te pregunto, y tú me das sabiduría generosamente. Padre, redime todo momento que puedo haber perdido y que pueda moverme confiadamente hacia mi destino. En el nombre de Jesús, amén.
Padre, no seré semejante a la onda del mar, arrastrada de aquí para allá por cualquier circunstancia que viene a mí. Confiaré en ti y no dudaré, porque quien duda no debe esperar recibir nada de ti. Espero recibir de ti, porque estoy firme en la fe, sabiendo que la Palabra que proclamo sobre mi vida no volverá vacía. Que mi nombre no esté asociado con la indecisión o la confusión. Estaré por fe equilibrada emocional, económica y espiritualmente. Cuando no sé qué hacer, te pregunto, y tú me das sabiduría generosamente. Padre, redime todo momento que puedo haber perdido y que pueda moverme confiadamente hacia mi destino. En el nombre de Jesús, amén.
Cindy Trimm