Dios quiere ser engrandecido en nuestra mísera vida humana. ¿En qué consiste este «engrandecer» a Dios? Es algo totalmente simple y, sin embargo, inmenso, que sólo se puede reconocer como un prodigio: que en nuestra pequeña existencia, a lo largo de los días, los años y las décadas en que se nos regala nuestra vida, en que las preocupaciones,problemas y luchas de nuestra vida van apareciendo poco a poco pero de manera continua, nosotros dejamos que Dios sea el Señor.
Entonces es también en nosotros lo que es en sí mismo. En esto consiste su gracia: en que no desdeña ser también tu Dios y el mío y, por tanto, ser también ensalzado por nosotros.
Fuente: Instantes - Augenblkke © 2001 by Theologischer Verlag, Zürich