
Cuando era pequeño, Tony veía a su papá tocar la guitarra y quería hacer lo mismo, hasta que un día su papá puso la guitarra en el suelo. "Tony", dijo, "anda a lavar los pies". Se los lavó y se sentó a tocar la guitarra por primera vez. Nunca dejó que su condición física le desanimara, y con mucho esfuerzo y práctica, aprendió a tocarla magistralmente con los dedos de sus pies.
Con el transcurso del tiempo, Tony empezó a tocar en la iglesia y en conferencias, hasta que lo vió alguien que trabajaba en la organización de las actividades para la visita del Papa a Los Ángeles en 1987. Tony fue seleccionado para cantarle al Papa y a los jóvenes, y allí ocurrió el famoso encuentro.
Desde ese momento no ha descansado, ha viajado a través de los Estados Unidos y a más de 30 países alrededor del mundo, compartiendo su música y hermoso testimonio vida y fe. Tony honra a Dios con su talento, y su testimonio es de gran aliento para todos.
Actuamente reside en Branson, Missouri, con su esposa y dos hijos.
En este video, él mismo cuenta su testimonio.